El Ateneu

ss. XIX-XX
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El Ateneu El Lauro, conocido como «el Casino», fue la sociedad recreativa con más trascendencia de la vida asociativa de La Selva. Desde su fundación, en 1878, articuló la mayoría de las actividades culturales de la población a lo largo del siglo XX.

Palabras clave: asociacionismo, siglo XIX, siglo XX.

Los nuevos espacios de sociabilidad: casinos y cafés

En el siglo XIX, una forma de socializar era frecuentando casinos y cafés, donde se leía la prensa y se hablaba de política. En La Selva, este tipo de sociedades tuvieron presencia a partir de 1861, con la constitución del Casino Silvense y el Casino Artesano. Con el paso de los años surgieron otras entidades, como La Tranquilidad, en 1866.

El Ateneu El Lauro

En 1878 nació el Ateneu El Lauro, que recogía el testigo de las primeras entidades recreativas. Su objetivo era ofrecer a los socios un espacio de recreo en el que se podía leer sobre actualidad política en la prensa. A su alrededor se constituyeron varias agrupaciones corales y musicales, pero también cómicas, como El Pensil.

Consolidación y discrepancias en el Casino

Durante la segunda década del siglo XX, el Ateneu se consolidó como una entidad articuladora de La Selva. El número de socios había aumentado y este hecho acabó generando discrepancias entre algunos socios y el grupo dirigente, de perfil conservador y vinculado al poder local: el Ayuntamiento y el Sindicato Agrícola. De la escisión del grupo opositor nació la Defensa Agrària, donde confluyeron los sectores contrarios al poder local. Con la proclamación de la Segunda República en 1931, el Ateneu se mantuvo fiel a los postulados conservadores con los que había nacido, mientras que la Defensa Agrària se vinculó con el republicanismo, el catalanismo y el obrerismo. En 1936, con el golpe de estado y la revolución posterior, el Ateneu fue requisado y se convirtió en sede de la Escola Nova Unificada y del Socorro Rojo Internacional.

El Ateneu durante el franquismo: de instrumento del régimen a núcleo de la lucha antifranquista

Durante los primeros años de la dictadura franquista, el Ateneu fue un instrumento con el que transmitir los valores nacionalcatólicos del nuevo régimen. Sin embargo, la entidad continuó ofreciendo diferentes espectáculos. En el decenio de 1970, una nueva generación tomó las riendas de la sociedad para ofrecer recitales vinculados a la Nova Cançó o la destacada celebración del Congrés de Cultura Catalana, en agosto de 1977. Siguiendo esta dinámica, y con una intensa actividad política, el Ateneu acogió diferentes mítines de los líderes de las principales fuerzas antifranquistas catalanas. Durante la década de 1980 y 1990, el Ateneu continuó siendo una entidad abierta al pueblo y ofrecía su sala de espectáculos para diferentes eventos populares. Y aunque la proyección cinematográfica continuó y un grupo de socios mantiene, todavía hoy, viva la entidad, con la llegada del siglo XXI el Ateneu dejó de ser el instrumento socializador que había sido durante más de un siglo.