El Castell

s. XII
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Situado en lo más alto de la calle mayor se halla el Castell (castillo). Núcleo del poder señorial durante más de seiscientos años, fue la residencia de los pavordes y el almacén de los diezmos y tributos recaudados al pueblo a favor del arzobispo.

Palabras clave: Edad Media, Castell, pavorde.

La primera torre

En 1165 el arzobispo otorgó la carta de población al núcleo habitado de La Selva, imponiendo con ello el dominio arzobispal. Fue a partir de entonces cuando se levantó la primera torre, de base rectangular, en el punto más alto de la población. Más allá de su función defensiva, la torre se utilizaba de almacén donde acumular los tributos recaudados a los siervos, además de ser un símbolo de dominio feudal sobre la población. Asimismo, tenía una despensa, una bodega, un granero y un aljibe, además del calabozo. Alrededor de la torre había un patio de armas que lindaba con la iglesia.

La pavordia

El pavorde era un vasallo del arzobispo que administraba la recaudación de tributos, representaba a su señor en la jurisdicción civil y criminal y escogía al alcalde del municipio. Sin embargo, su condición de miembro de la curia de Tarragona implicaba que acudiese tan solo en contadas ocasiones a La Selva. Este cargo acabó desapareciendo en 1410, con la muerte del último pavorde, Guillem de Gramatge; a partir de entonces, el arzobispo ejerció su dominio directamente sobre el municipio.

El castillo señorial

Dentro del Castell encontramos varios espacios con diferentes funciones. Desde los almacenes donde se guardaban los diezmos y primicias, pasando por los silos, las celdas o la zona residencial, conocida como la casa del arzobispo. Todos estos espacios, de diferentes épocas, permiten ver la evolución del castillo a lo largo de sus ochocientos años de historia.

El fin del dominio arzobispal

Con la supresión de los derechos señoriales en 1823 y la desamortización de 1835, el arzobispo perdió el control sobre el municipio. En 1867, la familia Baiget adquirió el castillo que terminó por declararlo en ruinas. En 1876, el destacamento de la Guardia Civil lo adoptó como residencia provisional hasta 1927. Durante el decenio de 1930, se utilizó como almacén y escuela municipal para niñas. Y, durante los años sesenta, acogió el Taller de Natzaret y el grupo escolta local.

El castillo del siglo XXI

Después de numerosos proyectos de restauración a causa de su estado ruinoso, en 2004 se inició la primera fase de reforma. Consolidada la segunda fase en 2011, el Castell se convirtió en un espacio municipal multifuncional y un símbolo común de sociabilidad vecinal.